Señor, esta noche te pido algo especial:
Conviérteme en un Televisor porque quisiera ocupar su lugar para poder vivir lo que vive el televisor de mi casa.
Tener un cuarto especial para mí.

Ser el centro de atención. Al que todos quieran escuchar, sin ser interrumpido o cuestionado.
Que me tomen en serio cuando hablo.
Sentir el cuidado especial que recibe la televisión cuando algo no le funciona.

Tener la compañía de mi papá cuando llega a casa aunque esté cansado del trabajo.
Que mi mamá me busque cuando esté sola y aburrida, en lugar de ignorarme.
Que mis hermanos se peleen por estar conmigo.
Divertirlos a todos, aunque a veces no les diga nada.

Vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar unos momentos a mi lado.
Señor, no te pido mucho, todo esto lo vive cualquier televisor.
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