domingo, 16 de noviembre de 2014

Hoy cumplo un año más de vida.



Hoy cumplo un año más de vida. Y deseo compartir la siguiente reflexión.





La vida es como una bolsa llena de dulces que se nos regala cuando nacemos. Al principio comemos dulces como locos, regalamos o sencillamente tiramos los que no nos gustan, hasta que de repente miramos la funda y descubrimos que ya solo quedan en ella unos pocos.

Entonces hacemos un alto en el camino para reflexionar sobre esta realidad. Ya no derrocharemos
los dulces que quedan en la bolsa. Por el contrario, seremos más selectivos en el consumo de los restantes, procurando que valga la pena consumirlos antes de que lleguemos al último.



Cierto es que nadie puede saber cuántos dulces quedan en la bolsa. Por lo tanto, actuemos como si fueran los últimos y desempeñemos lo mejor posible las tareas que nos toquen realizar.


En fechas como estas, uno se plantea la vida, hace un repaso del pasado más reciente, analiza su presente y se planifica el futuro.
Algunas cosas de mi vida han salido como yo lo había pensado, y otras no. Eso no la hace ni mejor ni peor, simplemente diferente. Entran en juego emociones, 
sentimientos, recuerdos y también algunos pensamientos.



Lo positivo de todo esto, aunque a veces se apodera de mi la tristeza, acabas aprendiendo a ver todo lo bueno que te rodea. Valoras la puesta de sol, pasear con tu familia, una buena conversación, una cena agradable, el aire fresco, la música, escribir, una buena película, experimentar cualquier tipo de sensación que te transporte, que te haga huir de la rutina y los problemas. Y pienso, quizás el objetivo de la vida no es la felicidad, sino el evolucionar, el experimentar. La felicidad siempre estara presente en cada paso que este dispuesto a disfrutar en el trayecto de mi evolucion. Y la edad nunca sera un problema porque, no es la edad que tengo, ni la que la gente dice, sino la que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Los años son como la amistad, como el amor, como la gente, porque unos se van y otros llegan, no hay otra verdad a la luz de mis ojos y esa es la esencia más pura de la vida. No puedo acusar a los días por mis tristezas, darle a los años merito por mis virtudes ni acusar a la vida por mis defectos, pero puedo hoy decir, que nací, soy y seré, y eso no lo cambia nadie. Y a final de cuentas lo mas importante es el hecho de que hoy estando vivo soy la felicidad de otros, mi esposa, mis hijos y mis seres queridos... 

Estar parado en una edad madura, con plena conciencia de ello, hace que hagamos balances. Celebro haber nacido. Celebro haber nacido en la familia que nací, porque de ella y de sus integrantes me nutrí para construirme y construir mi propio hogar. 

No deja de ser el día más especial de nuestras vidas, nos recuerda la celebración de nuestros padres y toda la familia, por nuestra llegada como nuevo integrante, lleno de luz, lleno de la magia de la creación y lleno de ganas de respirar el aire de la vida.

No sé si estoy listo para los cambios que se avecinan, quiero pensar que todo lo vivido hasta ahora me ha preparado para esos cambios, tengo que aceptar que habrá cambios, todo es una evolución. De lo que sí estoy seguro, es que estoy con un mejor ánimo y entusiasmo, con una mejor visión de las cosas, para afrontar de forma más madura y con mayor fortaleza los cambios.



Gracias de antemano a quienes me envian buenos deseos. Pueden contar con que cada una de sus palabras es significativa para mí. 

Gracias Dios por este año que me permites concluir y gracias por permitirme iniciar un nuevo año de vida.